Manuel Fernández Gerena nació en el sevillano pueblo de la Puebla de Cazalla en el año 1945, en el seno de una humilde familia. Desde su época de adolescente, se sintió atraído por el cante y la poesía, dedicándose primero a escribir letras de flamenco, y algo más tarde, a mediados de los años sesenta, a cantar en concursos de la provincia de Sevilla y Córdoba.
En 1968 debuta como cantaor profesional en el pueblo jienense de Alcalá la Real y comienza su producción discográfica en 1971. Es por esa época cuando contacta por primera vez con el poeta gaditano Rafael Alberti y con el cantautor Paco Ibáñez, que lo introduce, en París, en el mundo de la canción protesta y la inmigración andaluza.
Llegó a pisar muchas de las comisarías de nuestro país y hasta le llegaron a retirar el pasaporte para que no pudiera irse de su tierra, evitando de esta manera que acabara convirtiéndose en un poeta más exiliado de la España franquista. Pero nunca abandonó su país: se quedó y luchó.
Durante una década fue un artista de una gran popularidad que llenaba los institutos, colegios mayores y campos de fútbol. Era el Raimon andaluz, un cantaor de militancia comunista que vendía miles de discos y libros, y que era capaz de arrastrar tras de sí y por igual al pueblo llano y sencillo y a la intelectualidad de la época, sobre todo a la que le había plantado cara al franquismo.
Es el máximo exponente del flamenco protesta que surgió entre los últimos años de la dictadura franquista y los comienzos de la transición democrática. Un auténtico fenómeno social que logró, además de mover conciencias, atraer a nuevas audiencias al flamenco. Sufrió la censura del régimen dictatorial, al tiempo que era respaldado por personalidades de la cultura como Rafael Alberti y Blas de Otero. Esta época de la vida y la obra del Cantautor está fielmente reflejada en el reciente libro “Manuel Gerena. La voz prohibida”, escrito por Manuel Bohórquez.
La voz y la palabra de Manuel Gerena sigue despertando conciencias y condenando todos los hechos censurables que existen hoy en día, al mismo tiempo que se alza en defensa de la libertad, la paz, la solidaridad, la tolerancia y la ecología.
Cantautor de flamenco comprometido
Manuel Gerena se considera, en primer lugar, un luchador y en segundo, cantautor, cantaor y poeta: “A mí lo que siempre me interesó fue la lucha contra la dictadura y la he hecho a través de mi obra; cuando ésta estuvo prohibida, porque no me dejaban cantar, me dedicaba a encabezar manifestaciones, lo que me llevó a pasar en comisaría las 72 horas obligadas en numerosas ocasiones, no por cantar, aunque la causa de la detención era la misma por la que se prohibían mis conciertos, la lucha contra la dictadura y la lucha por la libertad “, asegura. Único cantautor de flamenco comprometido con la lucha, Manuel Gerena se considera discípulo directo de Antonio Mairena, aunque reconoce que la persona que le dio el carné de artista fue Pepe Pinto, marido de Pastora Pavón ‘Niña de los Peines’, “pero mi maestro más arraigado fue Antonio Mairena, la fuente donde más bebía”, manifiesta, para añadir a muchos otros grandes cantaores como Manolo Caracol, Juan Talega, la Niña de los Peines, Tomás Pavón, Manuel Torres, etc.
No obstante, indica que ha tenido siempre muchos maestros porque el cante en general ha sido su maestro:”Busqué la raíz de los cantaores antiguos de los pueblos, de los cantaores anónimos de toda Andalucía y también en sitios que no eran Andalucía, donde había gente que sabía cantar, aunque no se dedicasen profesionalmente a ello. Yo siempre he buscado esa fuente directa. En una época concreta, en 1967, cuando dejé el trabajo de electricista oficial de primera, con el que ganaba un dineral, me dediqué a la investigación, sitio por sitio, pasando a veces necesidades. La lección directa de las personas que conocían una pequeña parcela del cante me parecía mucho más enriquecedora que lo que el profesional transmite en su disco, adaptado a su obra y su forma de cantar”, analiza Gerena. En el aspecto poético se reconoce discípulo de Miguel Hernández, quien sin ser andaluz es el poeta que tiene una métrica más flamenca, más que Antonio Machado y Federico García Lorca, aunque indudablemente “Miguel Hernández nunca escribió pensando en que su poesía se cantara en flamenco; escribía en esa métrica porque lo sentía así”, estima.
Manuel Gerena ejerció varios oficios antes de dedicarse de lleno al flamenco. En 1956, a la edad de 11 años, dejó el colegio y se puso a trabajar de repartidor de paquetes. También trabajó de jornalero en el campo y ayudando a su padre como electricista hasta que en 1959 se trasladó a Sevilla, donde empezó a trabajar en la Eléctrica Industrial.
Aunque hasta 1967, año en que terminó el servicio militar, no abandonó su profesión de electricista para dedicarse de lleno al cante, llevaba ya algunos años mostrando su inclinación por el flamenco, prueba de ello es que en 1965 participó en el concurso de Cante Flamenco de Mairena del Alcor, con Camarón de la Isla, entre otros cantaores.
Su primer concierto como profesional fue en Alcalá la Real (Jaén) en 1968, iniciando así una intensa actividad: realizó su primera gira por diversas ciudades alemanas y conoció en París a Paco Ibáñez, a quien acompañó en varios conciertos y lo introdujo entre los cantantes, intelectuales y políticos exiliados.
Como nunca tuvo voluntad de exiliarse, cuando comenzaron a prohibir sus conciertos en Andalucía se fue a residir a Barcelona, donde grabó su primer disco con la discográfica catalana Belter en 1970. Más temprana fue su inquietud poética, siempre movido por su compromiso social. Empezó a escribir antes que a cantar, a pesar de que su primer libro no se editara hasta 1975 en la editorial catalana Laia, con un poema de Rafael Alberti, prólogo de Francisco Candel, epílogo de Manuel Vázquez Montalbán y portada y dibujos interiores del pintor sevillano Paco Cuadrado.
Con el título de Cantes del pueblo para el pueblo, fue tal el éxito de este primer libro de Manuel Gerena que llegó a la decimosegunda edición. En los dos primeros años se publicaron siete ediciones, una cada tres meses.
En noviembre de 1974 el Palau de la Música de Barcelona se llenaba al completo para escuchar al Cantautor andaluz, quien obtenía uno de los mayores éxitos hasta el momento de su carrera artística.
Se convertía así en el Cantautor prohibido de la época y su imagen se vendía en pósters en la madrileña Gran Vía, junto a la de Ché Guevara y Miguel Hernández.
Recientemente se ha editado el libro Manuel Gerena. La voz prohibida, escrito por Manuel Bohórquez. Como se indica en su portada, este libro es la “crónica documentada de la vida y obra del cantautor flamenco a través de la prensa del franquismo, la transición y la democracia”.
La Cerca.com

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