Nace en Jódar (Jaén) el 13 de mayo de 1899 y muere en Sevilla el 20 de junio de 1989. Termina el bachillerato en Jaén y empieza en Granada Filosofía y Letras concluyéndola en Madrid, donde se doctora en Historia. Perteneció a la Real Academia de la Historia y a la de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, a la Academia Portuguesa de Historia, a la Asociación de Arqueólogos Portugueses; era miembro del Instituto Arqueológico Alemán y consejero del Instituto de Estudios Jiennenses. En 1971, en reconocimiento a su labor, le fue concedido el premio Ciudad de Sevilla. Catedrático, desde 1927, de Prehistoria e Historia Antigua y Media de España de la Universidad de Sevilla, dedica su tiempo a la docencia, las excavaciones arqueológicas y la investigación medieval, con un método riguroso, trabajos que le confirmarán como uno de los grandes historiadores-arqueólogos de Andalucía.
Sus estudios, como director de las excavaciones de Itálica y del Instituto-Escuela, han aclarado mucho el panorama sobre el Carambolo y Tartesos, dándonos a conocer detalles sobre la actividad económica y cultural (El Carambolo, 1963; Tartesos y el Carambolo: Investigaciones arqueológicas sobre la Protohistoria de la Baja Andalucía, 1973).
Su afán por el conocimiento le llevó a estudiar infinidad de restos y culturas históricas andaluzas, destacándose como fruto de estos trabajos sus obras La Cultura de El Algar en el Alto Guadalquivir, 1929; La Edad del Bronce, 1947; Panorama arqueológico de la Baja Andalucía, 1963; Itálica, 1963.
No olvida los tiempos posteriores a la reconquista de Andalucía y sus estudios nos introducen en los problemas lingüísticos, religiosos y demográficos de la época con una bibliografía basada en fuentes narrativas y documentales, de entre las que sobresalen sus investigaciones sobre las crónicas del reinado de los Reyes Católicos y sus monografías sobre la conquista de Granada.
José María Zapico Ramos.
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