Andaluz profundo y brillante que vio la luz en Priego de Córdoba el 6 de julio de 1877.
Estudió Derecho y como hombre de leyes se esforzó, en sus responsabilidades políticas, en preservar a toda costa el principio de la legalidad constitucional.
Desde muy joven militó en el Partido Liberal, donde destacó por su extraordinaria capacidad intelectual y facilidad oratoria, teniendo discursos verdaderamente conmovedores en la vida política de nuestro siglo. Elegido diputado gana rápida fama por sus elocuentes intervenciones en el Congreso y en 1917 llega ser ministro de Fomento y en 1922 de Guerra, en los gabinetes de concentración a cuyo frente se encontraba García Prieto.
En 1923 es desplazado por el golpe de Estado del general Primo de Rivera, cuya Dictadura combatió intensamente y con pasión, abandonando el campo monárquico para pasar al republicano. Fue uno de los organizadores del movimiento revolucionario de 1930, lo que le llevó a la cárcel, de donde saldrá con el triunfo de la República el 14 de abril de 1931.
Nombrado presidente del Gobierno provisional y confirmado tras las elecciones, dimitió en octubre de 1931 por considerar que en conciencia no podía admitir la redacción de los artículos 24 y 26 de la Constitución, ya que lesionaban sus sentimientos religiosos así como los del electorado católico, por lo que se le consideró revisionista; sin embargo el 10 de diciembre de ese mismo año es elegido presidente de la República, de cuyo cargo es destituido el 7 de abril de 1936, al considerarse indebidamente disuelta la legislatura anterior. Su decisión de disolver las Cortes en 1933, ya le había valido una actitud crítica por parte de las izquierdas, pero él, por su parte, se negó a poner el poder en manos de la CEDA, ya que desconfiaba razonablemente del espíritu democrático del partido de Gil Robles.
En febrero de 1936 con el triunfo electoral del Frente Popular, inicia su salida de la vida pública española, conociendo la amargura del exilio. Marcha a América en 1936, donde permanecerá hasta su muerte en Buenos Aires el 18 de febrero de 1949.
Fue un hombre rigurosamente liberal y de una profunda formación jurídica. A los veintidós años había ganado brillantemente las oposiciones a letrado del Consejo de Estado y esta formación lo mantuvo a salvo de tentaciones totalitarias, que no faltaron en momentos críticos para él y para España. Su imagen pública se inserta en el ámbito del proyecto de una República católica, burguesa y conservadora. Fue un andaluz profundo y gustaba los fines de semana ir a Priego y volver al contacto personal con su gente y con su tierra.
Jose Mª Zapico Ramos
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