jueves, 25 de agosto de 2011

José María Aguilar Blanco



Nació en Espejo el 28 de mayo de 1898 y hasta los 25 años trabajó la tierra con su padre. Animado por el empresario de una modesta compañía de zarzuela, el barítono Pepe Villeta, abandonó las faenas agrícolas y marchó a Madrid donde recibió lecciones de música del maestro don Teodoro Prieto y de canto del antiguo tenor Simonetti.
Entró a formar parte de la compañía que preparaba para la Exposición Universal de Sevilla (1929), Juan José Cadenas y allí triunfó fulminantemente con Los Gavilanes, adquiriendo su nombre, a pesar de la competencia que representaban barítonos consagrados como Emilio Sagi Barba y Marcos Redondo Valencia, un inmediato prestigio y popularidad que culmina, en 1931, con la representación en el Teatro Fuencarral de Madrid de La del Soto del Parral. Viaja a Buenos Aires con la compañía de Felisa Herrero y Delfín Pulido y sus actuaciones en el Teatro Mayo, seguidas de otras en numerosos países de Centro y Sudamérica, le valen el apelativo de "el barítono de la voz de oro".
Considerado el mejor "Roque" de su tiempo, han quedado en el recuerdo las representaciones de Marina, en Málaga con Miguel Fleta y en Barcelona con Hipólito Lázaro. En 1934 recorre de nuevo toda la América hispana, volviendo a triunfar en el Teatro Colón bonaerense. En 1936 estrena la ópera chica Adiós a la Bohemia, de Sorozábal, sobre un relato de Pío Baroja.
Tras la Guerra Civil española, que pasa en el Teatro Apolo de Valencia, marcha otra vez a América y a Portugal, rindiéndosele en Lisboa un magno homenaje. Hace también incursiones en el mundo de la ópera, logrando en Cuba, junto a Hipólito Lázaro, señalados triunfos en Rigoletto, La Traviata, Il barbiere di Siviglia, Carmeny Pagliacci.
Próximo a cumplir los sesenta años, dio por concluida su vida artística. Falleció en Córdoba el 17 de julio de 1985

Manuel Muñoz Moya.

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